Es muy raro ver un show en donde ninguna canción pierde un poco el interés, donde la magia no decae en ningún momento, donde los músicos sienten que están viviendo un momento especial, único, irrepetible, y el público, es parte de esa deliciosa complicidad.
Acompañado por sus dos maravillosos guitarristas Jeremías di Polito y Juan Pablo Chapital, Francisco Etchenique en batería y Nino Restuccia en bajo, Pablo y sus amigos nos regalaron, sin duda, el mejor show del año.