NICO IBARBURU en la Zavala Muniz: ESTO ES CANDOMBE

La platea de la Zavala Muniz estaba llena. LLegué tarde y quedé en la última fila. Hay pocas salas donde esto puede ser una ventaja. La Zavala Muniz es una de ellas. Con su amplio espacio y su platea empinada, estar ahí arriba es una bendición. Lo que se ve y se escucha (en este caso también gracias al impecable sonido de Gonzalo Novoa) es digno de la grabación de un DVD al más alto nivel internacional. Consejo para músicos: Si van a tocar ahí, lleven cámaras, por Dios!

Nico y su banda entraron sin mucha ceremonia, impecablemente vestidos (lo cual en Uruguay a veces se descuida un poco) y listos para ofrecernos una gran noche. Nico no tiene aires de estrella, y eso se aprecia desde que pisa el escenario. En esta ocasión lo acompañaba una banda que muchos podrían soñar y pocos tener: Montemurro en teclados/acordeón, Nego Haedo en tambor piano/percusión, Martín Ibarburu en batería, el gran Fede Righi en bajo y la cuerda de tambores se completaba con Foqué Núñez y Paco Silva. Desde la platea acompañaban Urbano Moraes y Nico Sarser, por si hacía falta talento en la sala…

Nico y Fede durante la grabación de ANFIBIO

La banda arrancó con el original funk à la Nico-candombe de Cissy Strut. No tengo palabras para describir como crece este gran tema instrumental de los 60s en la versión de Nico y sus amigos. Tal vez resultado de la influencia de Nico Cota (gran amante del funk) durante la grabación del disco, esta versión fue realmente un gran acierto tanto en el CD como en las varias versiones en vivo que me ha tocado disfrutar.
Fue el tema perfecto para calentar los motores.


Mama vieja Live que ya es vintage

Enseguida llegó la hermosa TEMPLANDO MOMENTOS, otro candombe de una belleza y simpleza desarmante (perdonen mis neologismos…). Ahí se destacó la llevadita del candombe en la batería de Martín Ibarburu que es realmente algo único y una marca de estilo propio que se disfruta por demás, así como también el acordeón de Montemurro, que quizás tendría que haber tenido un poco más de volumen (mi única critique al sonido fueron las variaciones de volumen de Monte en general, lo demás, more than perfect).

Después llegaría la incendiaria LOBO WAR y la aparición de JULIETA RADA en voz, donde la cantante le metió todo el swing de que es capaz a un tema que es en realidad casi instrumental, pero que creció con su aporte (también presente en el disco). Allí también se destacó la demente cuerda de tambores y Montemurro en teclados sobre la base inexpugnable de Righi y Martín. Desde ese tema, Nico lanzó uno de esos solos de estadio que toca como si los tocara para él mismo, sin pedir nada a cambio.

Nico y Julieta Rada
Nico y Julieta: Made in Heaven

La siguiente canción fue un estreno MÁS ALLÁ by Ibarburu-Julieta Rada. Con la espiritualidad y sabiduría que siempre caracteriza las canciones de Nico ambos cantaron, hipnotizándonos un poco con esa bella canción: “solo si quieres ver mas allá/ una puerta se abrirá.”

Perfume siguió con sus guitarras deliciosas, el hermoso clima creado por la tecla y la voz de Montemurro y las locuras del slap de Fede, algo que no estoy acostumbrada a ver en este hombre de los bajos sutiles y poco pretenciosos. En este caso, el candombass de Fede fue realmente un incendio y también volvió a lucirse la cuerda de tambores con su creatividad y swing; una cuerda que siempre tenía la capacidad de sorprender sin perder su claro objetivo que es el candombe más puro y poderoso que hay.

El siguiente set fue un dúo de Nico en acústica y Martín en cajón. Pocas cosas hay tan bonitas de ver como a Nico tocando la guitarra acústica y a Martín tocando el cajón, ya por separado, entonces, verlos a los dos juntos y con todo lo que significa su vínculo de sangre y su historia, es realmente un placer al borde de lo empalagoso.

God Save the Nego

El primer tema fue Arbolito con su delicioso clima campestre. Después llegó un tema instrumental donde lo que más llamó la atención fue la belleza del entendimiento entre los hermanos y los sonidos que Nico es capaz de sacarle a su guitarra. El hecho de que chocaran cinco al terminar la canción, fue el corolario perfecto para esa simbiosis única que se dio entre ambos, que no se puede explicar; era sólo estar ahí para sentirlo.

Montemurro volvió entonces al escenario para interpretar una de mis canciones favoritas de Nico (compuesta junto al gran Gonzalo Brown): NO ES. La versión que salió del trío de Nico Martín y Montemurro fue una de las más bonitas que ya escuché de esta canción, que por otro lado vengo escuchando hace años.

Y acá permítaseme hacer un paréntesis para subrayar el hecho de que entre tanta gente que toca lo mismo desde hace diez años, Nico es un artista que NUNCA SE REPITE, y, como los grandes intérpretes de verdad, nunca canta igual la misma canción. Eso es la música, inventar, crear y reinventarse en cada show y en cada versión como lo hace Nico en todas sus presentaciones y en todas sus grabaciones, sin excepción.

Después de NO ES, volvió Julieta al escenario y la cosa se transformó en cuarteto. Julieta y Nico se fundieron en un hermoso susurro compartido creando un clima perfecto para el comienzo de la hermosa OTRA ASÍ, dedicada por Nico a su presente co-autor, otro grande, Nico Sarser.
Lo que más conmovió del tema fue esa unión perfecta de Nico y Julieta subrayada por los climas de ensueño creados por las teclas de Montemurro.

Julieta cantó, si mal no recuerdo, toda la canción ella sola. Normalmente, extraño que Nico cante, cuando no lo hace si se trata de una canción suya, pero, en este caso, no me molestó para nada que diera lugar a Julieta, quien demostró que además de la personalidad y la voz, como las de las viejas cantantes de soul que muestra a veces, es capaz de manejar a la perfección y con gran emotividad climas más sutiles como el de esta bella canción.

Luego de OTRA ASÍ, la banda volvió al ruedo para descoser SHAM TIME de Eddie Harris. Yo no sé y no entiendo mucho, pero imagino que si Eddie volviera del más allá no se aguanta y se sube ahí al escenario de la Zavala Muniz a groovearla con Nico y sus secuaces. De nuevo se destacó el sonido impecable de Novoa, los músicos se sacaron chispas, todos contra todos, Fede más inspirado que nunca en el bajo y la guitarra de Nico como siempre, con esa cualidad que tiene, y que se agradece tanto, de nunca habla al pedo, a falta de una manera más elegante de decirlo. Esa guitarra cuando habla siempre es porque tiene algo que decir, y cómo!

Despierta trajo de nuevo a Julieta y se armó un very candombe donde la unión de las voces de Nico y Julieta crearon poesía pura, con Julieta metiendo unos narananana-despierta swingeados al final que la verdad es que no se podía más.

La murga llegó con Infinitas veces, tema compuesto junto a Pinocho Routín, hombre del palo, si los hay. Qué divino ver a Nego y Martín armando juntos la murga en la batería. Nico cantó lindísimo esta canción mientras estos otros dos animales se gozaban y descosían la batería, la verdad.

Para describir como cantó Nico esa canción, se me viene a la mente una palabra que lo escuché decir a él, mientras grabábamos un disco de Liese Lange, donde había una canción suya (SEMILLA); Nico le decía a Liese que tarareara “desinteresadamente”. Para mí, esa palabra define cómo canta (y también cómo toca, Nico). Lo que nos atrae es justamente esa cualidad de ser él mismo sin pretender ser algo que no es, sin buscar nada, más que la propia entrega.

Obviamente que la gente pidió BIS BIS BIS. Todo el teatro se puso de pie y los músicos no se hicieron esperar (tuvieron que volver dos veces o tres, ya no me acuerdo…)

Dignos herederos (foto: OPA 1987 Teatro de Verano)

Gracias a Deus, el primer BIS fue ALADA de OPA. Qué mejor que Righi, Nego, Nico y todos ellos para rendir su tributo a esta banda que lo empezó todo y de la cual ELLOS son los verdaderos HEREDEROS.
Cuando Nico canta “una extraña banda/se presentó/a tocar un candombe/con rockanroll” que más se puede decir?

La mezcla de virtuosismo con sensibilidad, buen gusto y entrega de Nico tocando esta canción favorita de todos, con esa
austeridad de nunca meter una nota demás y siempre estar ahí en el momento. Qué lindo que fue escuchar a Righi y ver cómo se gozaba tocando esta canción, como se gozaban todos, sabiendo que eso era lo que ellos eran, son, una banda como esa de la que habla la canción, pero con la certeza de que los más de veinte años no han pasado en vano. Esas son versiones. La verdad es que nos volaron la tapa de los sesos con ese tema.

Y Nico siempre, Nico que tiró esos puentes por el aire que sólo él sabe tirar entre precipicios y nos llevó a caminar entre las nubes y me arrancó una lágrima.

Acabo de preguntarle a Nego Haedo sobre los bises, porque para ese entonces ya la cabeza no estaba más y no lograba recordar cuáles habían sido las otras canciones. Naturalmente, Nego, que seguro es mucho más piel y corazón que cabeza y racionalidad, tampoco se acordaba…

Con esfuerzo recordé una frase conocida “cuándo menos lo espero/aparece su dulce voz” y que había llegado Febrero para coronar un concierto como pocos, de verdad.

Por ahí se me perdió algún tema en el medio que no era de Anfibio ni de los otros dos discos que tengo en casa de Nico. Seguro que se fue para esos lugares donde la mente ni las palabras son capaces de llegar, algún lugar así, un lugar de esos donde sólo llegan los Nicos, los Fedes, todos ellos, los que son así. Gracias a Nico, Martín, Nego, Foqué, Paco, Montemurro, Righi por una noche inolvidable.

La próxima no me aparezco sin cámaras, aunque también tienen un encanto las cosas que se quedan ahí en la memoria, en la reproducción interior.

Esperemos que el país sepa devolverle a Nico Ibarburu cada vez más todo lo que le da y le sigue entregando y lo ponga en el lugar que se merece, como uno de los artistas que más fielmente representan a su alma hecha de música, de guitarras, de mar y de tambor.

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