La semana pasada, gracias al incansable, creativo y emprendedor Juan Pablo Chapital, se hizo un homenaje a Luis Alberto Spinetta en Montevideo.
Por un lado, me dieron ganas de compartir algunos videos de cosas maravillosas que sucedieron esa noche, de la cual participaron algunos de los intérpretes más talentosos, personales e inspirados con que cuenta el Uruguay.
(Video de urumusica – delicioso Pablo Damonte en minuto 4:40)
Pero además de eso, también tengo ganas de celebrar la manera en que Spinetta moldeó de alguna forma la sensibilidad de toda una generación, o varias, en realidad. Spinetta nos enseñó a cuidar el alma, a cuidar a nuestros niños, a entender nuestros sentimientos y a sentir propiamente de maneras que no hubieran sido posibles sin su sabiduría, sin la belleza de su alma transformada en canciones perfectas.
Hay formas de ver el amor, la naturaleza, el dolor, los miedos y hasta la belleza, que yo creo que no serían posibles, no habrían sido posibles sin Spinetta.
En lo personal, cuando yo era adolescente, no escuchaba a Spinetta, leía sus letras publicadas en un suplemento de rock, y me parecían maravillosas, (en ese entonces, estaba muy interesada en la literatura), pero lo único que había escuchado era Muchacha, que nunca fue una canción que me moviera demasiado, pero después, Todas las hojas son del viento, Barro tal vez, Tu nombre sobre mi nombre, Cantata de puentes amarillos, tantas vidas, tanta calma, tanta sencilla sabiduría y humanidad, tanto, que hoy creo que sería una persona completamente distinta si no hubiera conocido a Spinetta, si no le hubiera tarareado sus canciones a cada uno de mis sobrinos para hacerlos dormir cuando eran recién nacidos, si no hubiera intentado entender eso que el veía, que ve, y que su música trata de transmitirnos.
Acá les dejo algunas de mis versiones favoritas de artistas locales, durante esa gran noche.
Ante todo, creo que es algo más que válido que exista un homenaje a Spinetta desde el Uruguay, y por qué no, un disco de versiones “uruguayas” de sus canciones. Spinetta se entiende quizás de una manera diferente desde esta orilla del Plata, o como bien lo dijera Elbio Rodríguez Barilari en mi última publicación, él era “el más nuestro” de los rockeros argentinos.
Como sea, lo extrañamos, lo amamos y le agradecemos cada vez más todo lo que supo enseñarnos.
Gracias, Flaco divino.