Hace 5 años en Maui, Hawaii, me tatué 5 letras en mi piel.
f a t t o
Lo primero que hice al llegar de vuelta a Los Angeles fue llamar a Francisco Fattoruso, que en ese entonces vivía en Virginia, y luego mostrárselo por internet. El tatuaje era, al fin y al cabo, un homenaje a él y su familia.
Un tatuaje es una cosa muy seria. Tatuarse por amor puede ser complicado cuando el amor se va y los tatuajes quedan. Cuando me tatuó el experto tatuador polinesio (con poca paciencia para mis dudas de primeriza asustada), yo tenía clara una cosa: este era un tatuaje del que nunca me iba a arrepentir.
Con el paso de los años he tenido que explicar muchas veces el significado del tatuaje. En Italia la gente siempre se reía porque fatto ademas de hecho significa drogado, en USA se podría interpretar como gordito, en fin, se trata de un tatuaje que requiere explicación, a menos que uno se encuentre en un ambiente de músicos/melómanos uruguayos o argentinos.
Las explicaciones han ido variando con el tiempo y han servido en última instancia para que yo misma entienda el significado de esas cinco letras en mi piel. Hoy por hoy, he llegado a comprender que el tatuaje representa un homenaje a la música de mi país, entendida como la música que no podría haber nacido en ninguna otra parte del planeta: la que crearan y descubrieran Hugo y Osvaldo Fattoruso, Rada, Mateo y todos sus secuaces.
El tatuaje nació de shows del Trío Fattoruso, de jams de Nico Ibarburu, Francisco Fattoruso y sus amigos, donde Fran cantaba locas melodías al ritmo de su bajo, e incluso anticipó lo que yo sentiría este mismo año al ver por primera vez grabaciones en vivo de OPA o escuchar por las calles del barrio Sur Goldenwings para que esas calles no volvieran nunca más a ser las mismas.
Está hecho de noches en medio y medio escuchando la versión de Groove de Francisco sin haber escuchado la original de Opa para entender como ahora entiendo lo perfecta y personal que es esa versión, la belleza que hay en esa reinvención de las voces à la Fran y el maravilloso diálogo que ella establece entre las dos épocas; dos épocas de fattos.
Nació de noches de ver a Osvaldo con Urbano Moraes en fun fun tocando la Mama Vieja y deteniendo el mundo, como si nada.
Esas son las cosas que hacen que esas cinco letras estén acá tan vivas y pegadas en mi piel como lo están en la piel de mi país, pais de melancolía y mar, país de música, piel de tambor.
