Un tal Lucas

Square

No sé si la referencia cortazariana del título se perderá en Lucas Martí, que me dijo mientras caminábamos bajo las galerías del Palacio Salvo y yo le decía que esas galerias me recordaban al cuento de Cortázar, donde una galería como esas se vuelve un pasaje entre Buenos Aires y París, que nunca habia leido a Cortázar.

Sea como sea el titulo de ese lindo e inclasificable librito de Cortázar se me hace apropiado para hablar de lo que fue la experiencia viva de ver a Lucas Martí cantar sus canciones acompañado del increíble Ezequiel Kronenberg hace sólo algunos días en Café La Diaria, con la ilustre presencia de los divinos Dani Umpi y Adrián Soiza como invitados.


Lucas creó este video con imágenes registradas durante el viaje a Montevideo y su estadía en nuestra ciudad. Mulitiartista si los hay.

Un gran baterista español me dijo hace poco que un artista que me gusta mucho pero que jamás tuve oportunidad de ver en vivo no llegaba nunca a consagrarse por un simple motivo: “él no canta tan bien en vivo como en los discos”.

Luego de ver en vivo a Lucas Martí, después de haber escuchado sus discos al derecho y al revés, puedo afirmar que no hay nada más alejado de la realidad para describirlo a él que esa frase de mi amigo español. Lo que pasa cuando Lucas abre la boca para cantar es algo que sólo puede definirse como magia.

Lucas Martí en el estudio
Lucas Martí grabando en el estudio, su actividad preferida

A veces cuando escribo sobre música hablo de las canciones, de cómo sonó tal o cual instrumento, de lo original de una melodía o un arreglo, cosas así.

Con el show de Lucas, se me hace muy difícil poner la experiencia en palabras.
Podría decir que los arreglos de Lucas para tocar sus temas a dúo fueron brillantes, que lograron que el beat estuviera tan implícito en lo que tocaban que era como si estuvieran tocando con un baterista invisible.

Podría decir que las cosas que dibuja Ezequiel en el bajo te parten la cabeza aunque el preferiría utilizar esa frase para describir a un chivito o a la muzarella del bar Las Flores que aún nunca probó.

Podría decir que Lucas está presente en cada sutileza de sus letras y sus músicas, que más que cantar vive las canciones experimentando y sintiendo cada idea cada sensación en el momento.

Que se entrega por completo a la canción, que cada acorde que tocaban él y Ezequiel generaban la misma bienvenida sorpresa, la sensación de que estábamos ante algo nuevo, fresco, diferente, y que a la vez resultaba perfecto para ese momento para esa canción, para esas palabras y esa visión hilvanadas y hechas música frente a nosotros por un tal Kronenberg y un tal Lucas.

Lucas que es de esos artistas que uno no puede atornillar por ninguna parte y cuando uno cree que lo tiene agarrado, clasiicado, estudiado, como una mariposa pnchada con alfileres en un insectario, se nos escapa irremediablemente por otro lado. Por eso entre otras cosas es que siento que Lucas le hubiera interesado mucho a Cortázar o a cualquier persona a quien le interese ir mas alla de lo obvio, lo repetido y lo banal.

Y es que por estos tiempos la trascendencia sin el mínimo rastro de presunción que ofrece lucas es casi siempre lo que no abunda, lo que hace falta.

Para alguien como yo, con un flagarante prejuicio a favor de la música del Uruguay, es muy raro que algo me haga decir que una cierta música vale la pena importarla desde fuera.

Lucas Martí es un caso así. Entre tanta pseudo-trascendencia pop que se está poniendo de moda en la escena local, Lucas Martí nos ofrece algo que no se parece a nada, algo auténtico, inspirado, inspirador, honesto y generoso con las almas, que no es decir poco.

Otras veces, cuando escribo sobre conciertos, hablo de como sonaron las canciones o cosas así. Hoy me siento incapaz de eso pero gracias a dios esa noche, anticipando lo que iba a suceder, fui con mi cámara fiel, testigo de tantos conciertos maravillosos y pude sumar a su memoria algunos de los momentos más conmovedores y bellos que jamás presenció.

Como no tengo más palabras, los dejo con las imágenes y la música.
Que lo disfruten.

Spread the love