Profeta en su tierra – Estreno de “Raúl” en Uruguay

Square

Hace dos años y medio ya empezamos a filmar RAÚL. Desde que uno empieza un rodaje, la idea del estreno en casa siempre es un momento que imaginamos, anticipamos.

Esta película ni siquiera tenía subtítulos en español para los diálogos en inglés y finlandés que se escuchan en la parte del campeonato mundial en Finlandia. Esos subtítulos los hice especialmente para la proyección en MOVIECENTER. Así fue como la película finalmente se transformó en una película uruguaya, pensada para que la comprendieran los uruguayos.

La sala estaba repleta para la primera proyección del día domingo. Los nervios ya habían pasado. Estábamos en la cancha, y ya no había más nada que hacer, sólo disfrutarlo.

El público se rió a carcajadas y lloró con las vicisitudes de Raúl en Finlandia. Hay detalles que me encantan de compartir la película con uruguayos, por ejemplo, el hecho de que entiendan que cuando se nombra a Sopanen, el archienemigo de Raúl en la pista, como Sopapen, esto es un poco una burla que expresa la bronca de que aparezca este superhombre finlandés con actitud de pocos amigos a pelearle la medalla de oro a nuestro héroe.

At the premiere with my producer, my partner and friends

 

Nos maravilló la manera en que la gente se involucró con la historia y nos sonrojaron los halagos a la salida, Esa tarde comprendimos el valor que tiene, especialmente para los uruguayos, la historia de Raúl, un charrúa de 77 años que no se da por vencido ante ningún obstáculo.

La película se vio hermosa, en gran parte gracias a la fabulosa corrección de color que hizo Fernando Sequeira. Valieron la pena entonces todas las corridas de los últimos días, de estudio de televisión a nota de radio y entrevista para periódico. La película llegó por primera vez a la gente que tenía que llegar, y eso nos hizo muy felices a todos los que participamos en ella.

Ojalá esto siga y Raúl siga en el camino de convertirse en el héroe nacional que debería de ser, no sólo por ser el campeón mundial de decatlón y salto con garrocha a los 77 años, sino también por toda su extensa obra como docente y guía filosófico y espiritual de tantas personas, a lo largo de su carrera como entrenador de rugby y entrenador personal.

No tengo más que agradecimiento para Raúl y su familia, para John H. Case que me trajo a este proyecto y para todo el equipo técnico de Raúl sin olvidar a los músicos que siempre se llevan gran parte de los halagos cuando se encienden las luces.

Por suerte, parece que habrá Raúl para rato.

 

 

 

 

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