¿Le pedimos demasiado al Calamaro de 2010?

Square

La historia es así, AC y yo nos conocimos cibernética y tangencialmente cuando escribí un guión y él aceptó componer la música, además de hacer un cameo.

Eran épocas de Honestidad Brutal y luego El Salmón, y mi mente estaba completamente acalamarada.

Después nos cruzamos a lo lejos varias veces, sin jamás llegar a coincidir, la última hace sólo meses, cuando estuve invitada en Buenos Aires a una fiesta donde AC asistiría, pero opté por quedarme trabajando en mi película RAÚL. Supongo que en el fondo temo decepcionarme con la persona real, luego de haberle puesto tantos atributos al artista en mi cabeza y prefiero un poco la distancia.

Aquella película donde AC supuestamente iba a trabajar conmigo nunca se concretó, el tiempo pasó, Andrés cambió su dirección de email varias veces y yo le perdí la pista, a nivel personal, no así musical, plano en el cual sus canciones y las que hizo junto a su compadre Cuino Scornik siguieron siendo una fuerte influencia en mi vida.

De sus últimos trabajos, adoré el DVD de El Regreso, escuché mucho El Cantante, y me gustó el disco que hizo con Lito Nebbia, sobre todo un tema que pasara totalmente desapercibido, creo yo, llamado MIAMI, un tema fresco y setentoso de amor que me encantó, y que escuché muchas veces estando en Miami, pensando que el tema tenía algo de esa ciudad playera y pseudo-cubana.

Después ahí sí perdí un poco el rastro. Escuché algunas canciones de La lengua popular y no me movilizaron demasiado, nada como las canciones del Salmón que gasté en diciembre del 2000 escuchándolas en un discman destartalado mientras paseaba por el malecón de la Habana, ciudad a la que quedaron atadas en mi mente para siempre Recuerdo reloco, su versión de los ejes de mi carreta, chocolate, ojos dos ojos, y todas esas canciones únicas, inspiradas, inigualables, canciones que no pedían nada cambio y que simplemente eran, claramente salidas desde un lugar lleno de misterio, donde lo racional jugaba poco y la música y la emoción eran la ley, la filosofía inspirada e inspiradora era simplemente una consecuencia de esa alquimia irrepetible.

Los tangos me gustaron más en el Salmón, por ejemplo MALENA, que disfruté mucho más ahí que en la versión subsiguiente y más cuidada. Debo reconocer que no tengo TINTA ROJA y no puedo hablar de este disco con propiedad.

Calamaro on stage with guitar and squid amulet
Calamaro con guitarra y calamar gigante en Montevideo. Foto de mi prima Jimena Viera, a hardcore fan

Pasaron años, Andrés dejó de hacer canciones con Cuino. Cambió algunas adicciones por el mate y el dolor del amor perdido por la felicidad conyugal. Primero vino la etapa en que nos asustó diciendo que había olvidado las canciones y después volvió a dar los shows inolvidables de siempre.

2010. Andrés nos tiene como locos esperando ON THE ROCK, hablando maravillas de las sesiones de grabación y de su súperbanda (que lo es, sin duda). Entonces, después de ver un show inolvidable en Montevideo, donde me parecieron bastante buenas las canciones nuevas, me siento a escuchar On the rock. El mismo día escucho tres discos nuevos, el de AC, el último de Rot (de quien adoré HABLANDO SOLO y CENIZAS EN EL AIRE), y el nuevo de Emmanuel Horvilleur con su hermano Lucas.

Escucho el track uno de ON THE ROCK, “El Barco” me suena conocido, es una canción hermosa, una de aquellas. Me recuerda a una idea similar que había tenido en ese mismo malecón de la Habana, curiosamente imaginando un videoclip para un tema de Andrés, aquello de los barcos que se cruzan, como satélites que jamás se pueden encontrar, imagino que esta canción no es nueva, que ya la escuché antes, al menos en sueños. (Nota posterior: ver UN BARCO UN POCO de El Salmón. Say no more…)

Lo que sigue no me llega, encuentro pura autorreferencia tanto en la letra como en la melodía a veces. Las canciones no me conmueven, me llegan unas más que otras, chispazos de lucidez, pero no vuelvo a sentir lo que sentía antes, no encuentro lo que esperaba.

Entonces cometo el error de hacerle cibernéticamente a AC un comentario ultra-sutil y edulcorado acerca de On the rock, no pensando en que un disco es como un hijo, y no se le puede decir a alguien, “tu hijo está bien, pero para el próximo, tratá de cambiar esto y esto”.

Resultado: Andrés enojado y yo algo decepcionada de su falta de humildad. Pero todo esto me deja pensando. ¿No será que Calamaro nos ha dado tanto que le pedimos demasiado?

Si miramos esos discos, Alta Suciedad, Honestidad Brutal, El Salmón. Eran discos compuestos mayoritariamente por canciones inolvidables como La Parte de adelante, como Media Verónica, como Paloma, como All you need is pop, puesta hoy en su justo valor por el vivo potente de la superbanda de Andrés.

Quizás si se tratara de otro compositor, con una sola de esas canciones en un disco ya nos consideraríamos satisfechos, pero nos hemos vuelto codiciosos y ya nada nos alcanza.

Aunque no crea que sea posible comparación alguna entre las canciones, esa química misteriosa entre letra y música, de aquella trilogía conmovedora, y las de este On the rock, aunque me encanta por otro lado como suena, y pienso que hay músicas que daban para más, pero las letras no acompañaron,
no puedo evitar pensar que nos equivocamos en pedirle demasiado a alguien que prácticamente se sacó als tripas y las transformó en canciones para darnos.

En un momento pensé, cuando AC reaccionó mal ante la crítica “Sin humildad y entrega, la música no viene”. Ahora pienso también que la falta de humildad también fue de mi parte y aunque creo que no hay nada en On the Rock ni siquiera parecido a

la vida es una cárcel con las puertas abiertas
verónica escribió en la pared
con la tripa revuelta

o aquello de volar con un solo paracaídas, frases como esas,
o músicas que parece que siempre existieron y el compositor simplemente las encontró,

y mi opinión sobre el disco no ha cambiado luego de varios intentos (mientras que el disco de Emmanuel con Lucas Martí suena continuamente en mi ipod, y pasó la prueba de mis sobrinas de 5 y 1 año, que son bastante exigentes) llego a la conclusión de que si, le pedimos demasiado a Andrés Calamaro, mucho más de lo humanamente posible para cualquiera, pero sin embargo lo seguimos bancando a muerte, y nunca seremos malagradecidos con todo lo que nos ha dado hasta ahora.

Como ya dijera Andrés

el futuro
se presenta con su chicle de menta
pero algo se inventa.

ADDENDUM: Unos días después, al escuchar nuevamente On the Rock me doy cuenta que no dije algo importante: mi parte favorita es la segunda. Las canciones remixadas ganan mucho y los remixes son geniales y suenan de puta madre. Sigo pensando lo mismo sobre las canciones que hablan de cántaros y fuentes haciendo referencia a ALTA SUCIEDAD, de mirar o leer haciendo referencia a EL SALMÓN, etc, etc. Propongo al lector que encuentre una canción en el disco que no tenga alguna referencia a canciones anteriores de Andrés. No he hecho el ejercicio, pero a vuelo de oído, creo que los dedos de una mano sobran.

Y por último, una expresión de deseo (o varias): 1. Un disco de Andrés producido por Fernando Cabrera 2. Canciones nuevas de Cuino cantadas por Andrés, compuestas entre los dos o como sea. 3. Que Andrés cantara un tema del Príncipe (Gustavo Pena Casanova). Con una de esas solas, tengo como para halagarle cualquier disco que le salga de las tripas de acá a diez años… Ya estoy prendiendo unas velas por acá.

Friends posing in front of a stage after a concert by ANDRES CALAMARO in Montevideo
A los conciertos de jazz siempre termino yendo sola, pero al de Calamaro fue toda mi familia..

NOTA AL PIE DE LA NOTA: Lamento si hay errores en datos, fechas, etc. Mis recuerdos son subjetivos y los siento más reales así.

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